París 2024: Argentina consiguió tres medallas y seis diplomas olímpicos

Nuestra bandera estuvo representada en estos Juegos Olímpicos de Paris 2024 por un total de 136 atletas. Fueron 3 las medallas obtenidas y 6 diplomas olímpicos.

Con una gran ceremonia de clausura en el Estadio Saint Denis, los Juegos llegaron a su fin en medio del desfile de las delegaciones y gran despliegue de espectáculos artísticos. Así y con apariciones como la de Tom Cruise, se entregó la posta a Los Ángeles (California) que será la sede en 2028.

La delegación argentina se ubicó en el puesto número 52 del medallero final junto a Egipto y Túnez. A la medalla dorada, que fue la primera para nuestro país, la conquistó José “Maligno” Torres en el BMX Freestyle. El argentino superó al británico Kieran y al francés Anthony Jean Jean

En los últimos días de competencia, llegó la medalla de plata con la disciplina de Vela que se desarrolló en Marsella. Eugenia Bosco y Mateo Majdalani, terminaron segundos en la clase Nacra 17 por detrás de la dupla italiana compuesta por Ruggero Tita y Caterina Banti y superando a los neozelandeses Micah Wilkinson y Erica Dawson.

Finalmente, la presea de bronce quedó en mano de Las Leonas que le ganaron a Bélgica en los penales australianos tras un emocionante partido que había terminado 2-2. De esta manera el hockey volvió a subirse al podio y es uno de los deportes que más medallas le dio a nuestro país en la historia de los Juegos Olímpicos.

Argentinos que obtuvieron diplomas olímpicos por quedar entre los 8 mejores:

– Agustín Vernice – Canotaje, K1 1000 (4to puesto)

– Los Leones – Hockey (5to puesto)

– Fútbol Masculino Sub 23 (6to puesto)

– Los Pumas 7s – Rugby (7mo puesto)

– Julián Gutiérrez – Tiro, rifle de aire 10 metros (8vo puesto). Nuestro gran orgullo catamarqueño.

– Matías Dell Olio – Skateboarding (8vo puesto)

El medallero quedó con Estados Unidos en primer lugar, cosechando un total de 40 medallas de oro, 44 de plata y 42 de bronce. En segundo lugar, China (40, 27, 24) y en tercero, Japón (20, 12, 13).

En un análisis macro, lejos estamos de poder estar en el top ten de un Juego Olímpico y no por falta de talento deportivo ni por falta de superficie o microclimas para poder darles a nuestros deportistas un entrenamiento adecuado en sus disciplinas. Pero sí, por falta de decisiones o, mejor dicho, malas decisiones (políticas), la falta absoluta de rumbo conductivo y cero inversión. Una película repetida.

Tres medallas, una de cada color, es un logro inmenso. Detrás de cada medalla hay un deportista que tiene que hacerlo “todo a pulmón”, con esfuerzo doble y contra un sistema que dista de poder facilitar mínimamente el proceso. Es por eso que valen tanto y que multiplican el orgullo y nos emocionamos frente al televisor viendo a un compatriota lograr su objetivo. No es una cuestión “futbolera” como dijo un ingrato con su Patria por ahí, sin vergüenza y frente a un micrófono. No se trata de fútbol, se trata de pasión por nuestros colores, por ver siempre a la celeste y blanca flameando alto. Un “Maligno” que muchos no conocían se transformó en héroe nacional por traer la dorada. Y sí, así somos.

Y como así somos y de repente todos nos convertimos en fanáticos (aunque sea por un tiempo) del BMX Freestyle o de Vela o de Hockey hasta que la televisión, ahora que terminaron los Juegos, deje de emitir imágenes de esas disciplinas “amateurs”. Nos da nostalgia y nos duele un poco recordar a la “Generación Dorada” del Básquet con su oro en Atenas y hoy no ver al seleccionado de ese deporte en un Juego Olímpico. Nos duele que el Vóley masculino no haya podido repetir el histórico bronce de Tokyo (y solo pasaron 3 años) y así por solo citar dos ejemplos.

Si por solo pasión fuera, seríamos líderes de los medalleros de todos los deportes. Pero no, no alcanza solo con pasión. Pasó París 2024, en un abrir y cerrar de ojos vendrá Los Ángeles 2028 y seguro ahí estaremos alentando también a las nuevas generaciones de deportistas que, como desde siempre, dejarán todo por la camiseta argentina. Eso no cambia ni cambiará. Lo demás, es necesario que cambie algún día.

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