En el estreno de Miguel Ángel Russo, Boca mostró una nueva cara e impuso un ritmo vertiginoso y a pura garra que por momentos sometió al equipo europeo que llegaba como favorito.
En una ráfaga, el equipo argentino que después de los 10 minutos de juego pudo empezar a morder y dominar el mediocampo, mediante Merentiel primero y Battaglia después, se imponía 2-0.
Antes del final de la primera etapa, de un córner a favor del equipo portugues llegaría la falta en el área del chileno Palacios, de discreto rendimiento, y la picardía de un jugador de selección como Nicolás Otemendi, que le dio a Benfica la posibilidad de descontar desde los doce pasos. El encargado de la ejecución fue nada más y nada menos que Ángel Di María y con mucha calidad descontó poniendo el 1-2.
En el segundo tiempo, se hizo notar el desgaste físico y Boca no pudo aguantar el resultado. Belloti vería la tarjeta roja por una peligrosa acción contra Ayrton Costa y el equipo xeneize se quedaría con un hombre más en el campo de juego.
A pesar de la ventaja, nuevamente un córner complicaría las cosas para el conjunto argentino. El otro jugador de la “Scaloneta”, Nicolás Otamendi conectó un cabezazo desde la izquierda y pondría el empate definitivo 2-2.
Antes del final, Figal y una acción innecesaria lo hizo salir del partido por tarjeta roja y los dirigidos por Russo se quedarían con 10 en cancha.
No fue mal negocio para Boca el empate y menos ante el cambio de actitud que demostró el equipo y que pudo contagiar a los miles de hinchas que estuvieron presentes en el Estadio Hard Rock. Ahora, se vendrá el partido más difícil del grupo ante un Bayern Múnich que aplastó a Auckland City por 10-0.
















